Llega el momento de matricular a los peques en el centro escolar y ¡sorpresa! no hay plazas para mi hijo, y surge la pregunta ¿qué hago?
Una complicación de esta índole, puede trastocar la economía y la vida de una familia, puesto que nuestro hijo tenga que desplazarse a un centro escolar, fuera de “nuestro barrio”, supondría una alteración en los horarios, en el coste del transporte, en el de las comidas, en los turnos para llevar y recoger a la salida de clase, por no hablar, que solo se trata de un hijo.